Y, domingo tras
domingo, hemos llegado a la meta anual con la satisfacción de haber afrontado
el reto con la naturalidad de la costumbre pero también con la necesidad vital
que nos impulsa a seguir reescribiendo los senderos a cada paso, dejando la
impronta del rumor de pisadas, resuellos y voces, que quedaron en la bruma de
la mañana, en la montaña, junto al río.
El año termina en doce campanadas transitorias que anuncian sin demora otro nuevo. Sic transit gloria mundi. En muchos casos, el recuerdo se convierte en nostalgia doliente y desemboca en tópicos convenientes para la ocasión que nos reafirman en la trascendencia de lo vivido, mientras luchamos por disimular la emoción salada de esas lágrimas inoportunas.
No hay tiempo que perder, tenemos que seguir, porque lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos… Pero como el próximo domingo coincide con el día en que los Reyes Magos están tan ocupados llevando la felicidad a multitud de hogares, nos veremos el lunes día 7 de enero con el tradicional Roscón de Reyes y con las dosis de ilusión necesarias para sobrellevar lo que nos depare el destino.
El año termina en doce campanadas transitorias que anuncian sin demora otro nuevo. Sic transit gloria mundi. En muchos casos, el recuerdo se convierte en nostalgia doliente y desemboca en tópicos convenientes para la ocasión que nos reafirman en la trascendencia de lo vivido, mientras luchamos por disimular la emoción salada de esas lágrimas inoportunas.
No hay tiempo que perder, tenemos que seguir, porque lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos… Pero como el próximo domingo coincide con el día en que los Reyes Magos están tan ocupados llevando la felicidad a multitud de hogares, nos veremos el lunes día 7 de enero con el tradicional Roscón de Reyes y con las dosis de ilusión necesarias para sobrellevar lo que nos depare el destino.