En el
presente podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que todos los caminos van
a Santiago y los que caminan por esos lugares agrestes y hospitalarios se
llaman simplemente peregrinos porque no van en romería. Eso lo sabemos los que
hemos ido dejando paso a paso la huella imborrable y el eco disimulado en brumas de sudor por tantos
y tantos caminos.
Un año más,
una vez más, nos disponemos a seguir eternizando nuestra singular existencia
por rutas que conducen a Santiago. Esta vez desde Oporto a la Coruña, pasando
por la capital compostelana. Ya está la mochila dispuesta con lo imprescindible,
los pies preparados para la marcha incansable por las galerías de todos los
tiempos. ¡Ultreia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario