domingo, 28 de septiembre de 2014

Travesía Solidaria La Breña

La organización de las 24 Horas Solidarias  de La Breña tiene como lema la máxima  tradicional “¡Quien resiste vence!”. La victoria, para la mayoría, se encuentra  en la resistencia personal ante la adversidad de un extenso espacio natural de pinar asentado en una gran duna, con numerosas pendientes arenosas y pedregosas, senderos fingidos entre ramales de lentisco, matorral y espino donde sobresalen tentáculos imprevistos para los pies distraídos y de incierto destino.

Así, este lema se hace extensivo a todos y cada uno de los participantes de este grupo de corredores y andadores: Antonio “kasa”, Cristina, Carmen, Silvia, Almudena, Ramón “masca”, el maestro, Tino y Juan V., con mención especial a nuestro Segundo Coca, el número uno, el primero de la lista. Su resistencia a la adversidad de sus molestias físicas de antaño, su rebelión contra el paso del tiempo, su tenacidad y constancia, su espíritu forjado en la competencia de los entrenamientos y carreras, ajeno, complaciente y solidario, han tenido su premio, su victoria, su justo homenaje simbolizado en el “cajón” de los campeones. Por ello, desde una orilla de su impecable trayectoria, asistimos con orgullo a este éxito que también es nuestro. Su imagen, la del "cajón", quedará definitivamente inmortalizada en un lugar privilegiado del Olimpo. Allí donde también tienen su rúbrica Almudena y Silvia con una progresión imparable.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Domingo 21 de septiembre


La Breña nos espera. Seguimos haciendo nuestro camino por la cornisa de Camas, entre pendientes y repechos,  bajo un cielo gris plomizo que amenaza lluvia y en un ambiente casi otoñal, si no fuera por la intensa humedad que soportamos durante todo el trayecto. De nuevo las chicas se acomodan en la cola del grupo y este parece mantener el ritmo hasta la subida de Valencina. Juanlu y Ramón F. han tomado sus propios derroteros y desaparecen en Santiponce.  Ya en el sendero el grueso disminuido se estira y  dispersa moteando el dorado carril, hoy regado de interminables corredores que vienen en sentido contrario. El saludo cordial entre desconocidos pero devotos del mismo credo. En la llegada espaciada algunos retoques y sensaciones diversas que no pueden salir en la foto. La Breña nos espera.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Domingo 14 de septiembre

Algunos corredores han decidido abandonar su morosidad y se han aparecido en el espejo matutino. Sin embargo, otros se protegen en la burbuja del titubeo, insuflada por el devenir de los días. La mañana no se ha hecho esperar en el recibimiento sincrónico del grupo,  hoy con un especial toque femenino. Aunque el detalle se esfumó casi en el instante de la salida. Las chicas se quedan sorpresivamente, el resto de “fatigas” no repara en la incidencia y continúa en la cháchara mecánica. Detrás, solo el carril silencioso y vacío, delante la prolongada subida al camino tradicional que retomamos con un sol que nos ciega durante los 4 km de culebreo y promontorios. El grupo se estira en la bajada de Caño Ronco y encara la recta de Camas con una premura gradual hasta la misma Torre. Allí recuperamos la apariencia de unidad perdida dos horas antes.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Domingo 7 de septiembre

           El sol ya camina a su letargo otoñal y sestea soñoliento en la mañana dominical. Hoy nos estrenamos con el nuevo horario en un día nublado y húmedo. La amenaza de lluvia pasajera no parece haber calado en las mentes incrédulas pero constato en estos momentos que esta, la lluvia, es una realidad empírica en Sevilla. Antes, mucho antes, hemos hecho nuestro recorrido ampliado a 17,4 km, con un aumento progresivo del ritmo, por la senda fluvial hasta el estadio olímpico y vuelta por la margen derecha hasta la insigne Torre Pelli. Todos agrupados hasta la entrada en el paseo del río donde los más decididos se han sacudido la modorra en los últimos cuatro km mientras el resto, algo más reservados, se deja llevar por la inercia de la discreción ante el reclamo tentador del pecado capital más genuino de los corredores.

          En la Torre, la foto de rigor que va marcando nuestra progresión espacio-temporal. A pesar de que no aparece en ellas, dejamos constancia de que nuestro Masca participa, pero sus finales son tan explosivos que, apenas llega, se disipa en el ambiente.