domingo, 25 de enero de 2015

Domingo 25 de enero

El mes de enero desaparece en la espesa bruma del temporal. Cada vez estamos más cerca de mañana, el camino por hacer, la senda por descubrir, imaginar la realidad, soñar una meta o representar el papel estelar en este gran teatro fugaz. Todo por un puñado de km en la soledad acogedora de una mañana luminosa y fría, para rellenar la imaginación, consolidar nuestros sueños y gozar del protagonismo compartido. Luego, más allá, en la celda particular de esta gran colmena seguimos transformando los días de sol en lunas de miel, los sinsabores en euforias sobrevenidas, las tormentas en arrebatos pasionales. Y en esta carrera, en esta lucha irremediable, cada vez estamos más cerca de mañana.

domingo, 18 de enero de 2015

Domingo 18 de enero

Sin pensarlo mucho, solo movidos por el compromiso de la palabra dada, nos acercamos a la Torre Pelli, aún de noche. La lluvia se tomaba su tiempo y acechaba encima del rascacielos. Hoy no había nada ni nadie a quien esperar, ni siquiera la amanecida, relegada a la tiniebla constante.  Con paso tímido y taciturno, con la complicidad que alimenta las conciencias, nos adentramos en las galerías de la Expo. En un principio, sortear los charcos se convirtió en un pasatiempo para los cinco pero pronto dejó de tener su sentido lúdico ante la magnitud que estaba tomando el asunto. Al cabo de un tiempo, caminábamos sobre las aguas imitando al Nazareno o nos abríamos paso a través de torrentes. Tuvimos que esperar más de una hora y media para encontrar algún grupo de extraviados corredores en los que depositar algunas gotas de conmiseración atormentada. El ritmo aumentaba con la fuerza de la lluvia hasta nuestra Torre. Ya en el coche seguimos sin esperar nada, ni siquiera la amanecida que nos devuelva una pausa para el sosiego. 

domingo, 11 de enero de 2015

Domingo 11 de enero


Cuando la mayoría de los ciudadanos comienza a ascender, con la penuria acostumbrada, la angosta rampa del mes de enero, este grupo de corredores ya está en la cima, donde se mueve con una firmeza y una seguridad inusitadas. Y hoy mismo se han alcanzado las máximas cotas  de la temporada en cuanto a participación y a ritmo de carrera. El empuje y la juventud de las nuevas incorporaciones estimulan a los más veteranos que se resisten a ceder un metro. Así, en menos de 30 minutos pasamos de la tentadora placidez del hogar a la rebeldía obligada contra la adversidad de los cuatro grados de nocturnidad y alevosía. La salida, por tanto, ligerita y muy arropados los once; la amanecida cerca del puente de hierro por el que transitamos en dirección a Coria. En San Juan el primer percance ignorado por el grupo que obliga a Silvia a emprender la vuelta. El ritmo aumenta y se consolida a partir del km 4 por debajo de 5 minutos el km. La desbandada por Gelves revela la descomposición total del grupo donde cada uno decide hacer la guerra por su cuenta. La Torre emblemática va recibiendo a los cuerpos fatigados pero con el espíritu renovado y preparados para competir, algunos (que no todos).





domingo, 4 de enero de 2015

Domingo 4 de enero de 2015

Continuamos viajando vertiginosamente en la cadena del Tiempo donde la sucesión ordenada de recuerdos, vivencias o experiencias adquieren una dimensión personal e intransferible pero ya se amontonan en el caos de nuestra memoria. Reconocemos fácilmente las fechas por estaciones o días señalados aunque, en muchos casos, supone un esfuerzo ímprobo identificar los años. 
En las hojas arrancadas del calendario quedan las huellas de un pasado caduco y zanjado. Así, comenzamos el año nuevo cambiando el despoblado almanaque del anterior por el flamante y repleto de esperanzas de 2015. En él señalamos las fechas más significativas, santos, cumpleaños, compromisos, puentes, aniversarios… Ya solo queda esperar unos días para ir deshojando la margarita del tiempo, en un sentimiento de resignación agridulce que engendra la fragilidad humana ante el paso inexorable de la vida. Por eso, cada domingo venimos a restituirnos en la costumbre que nos hace perdurables en la memoria compartida. Y hoy, como cada año, hemos encontrado la señal del glorioso pasado y la semilla de un futuro halagüeño concentradas en el tradicional Roscón de Reyes.