lunes, 29 de junio de 2015

Domingo 28 de junio

Hoy es el día señalado para poner el punto final a una larga temporada de proyectos cumplidos, de encuentros y aventuras, de vivencias diseminadas en tantos caminos. De nuevo el periodo vacacional devuelve la intensidad a la vida trabajada y de inmediato el calendario se convierte en campo de operaciones estivales, idas y venidas, citas, puesta a punto. Solo queda esperar a que el tiempo vaya numerando las estaciones. Solo queda que se cumplan los buenos propósitos o, simplemente, que se rompan los malos augurios. Ya buscamos otras motivaciones aunque algunos seguiremos haciendo lo que sabemos, lo que nos alienta día a día.

Nunca caminarás solo
por los senderos,
por las veredas
de ayer.
Mi sombra alargada llegará
hasta tu sombra
en la mañana luminosa,
y, juntos,
marcharemos a compás
de los recuerdos
junto al espejo
azul de nuestro río.
Luego charlaremos,
con el agua bendita entre las manos,
del tiempo,
de las carreras,
de la vida. 

domingo, 21 de junio de 2015

Domingo 21 de junio

Como los seres humanos aún no podemos predecir el futuro nos resignamos con vivir al día (partido a partido que diría el filósofo futbolero); eso sí, programando a corto plazo aquello que depende básicamente de la propia voluntad, sin querer pensar en que cualquier hecho inesperado pueda estropearlo. Esto, lo racionalmente alcanzable, forma parte de lo cotidiano que compartimos con toda naturalidad. Sin embargo, también sabemos movernos en la incertidumbre jugando a videntes que interpretan augurios por el comportamiento de animales (aves fundamentalmente), de las estrellas, por premoniciones sobrenaturales o en una bola de cristal. Claro que nadie quiere saber cuando el presagio es funesto, solo cuando es propicio. Por eso es mejor mantener el primer principio básico y afrontar lo que llegue de la forma más humana posible, en el sentido más amplio del término humano. Pues siguiendo ese modesto principio, un domingo más hemos culminado un recorrido restaurador que nos alivia de los sinsabores y de la frivolidad cotidianos pero que, al mismo tiempo, nos permite desear a los más allegados lo mejor en el futuro.


PD.   FOTOS DE SANLÚCAR en el blog

domingo, 14 de junio de 2015

Domingo 14 de junio

         En la España alborotada y manifiestamente ilusionada porque la calle ha entrado por fin en algunas instituciones, los mayores ya no nos dejamos llevar por cantos de sirena, discursos ostentosos y huecos. Y es que cuando se pisa la moqueta ya se sabe… se nubla el pensamiento y se pierde el norte, mejor aún, se topa uno con todos los puntos cardinales. Así que, por ahora, nos conformamos pacientemente con pasar el tiempo haciendo kilómetros en buena compañía, lejos de las empalagosas alharacas que exhiben las televisiones, con la misma humildad de siempre.

          Nos deslizamos hacia el final de la temporada con un discurrir suave y animado que propicia la ocurrencia y la espontaneidad hasta cierto punto, o hasta cierto momento, en que suenan las alarmas sistólicas y la gente se lanza en una lucha denodada contra el reloj. Son solo 14 km (o más), de orilla a orilla, con las sombras proyectadas en el espejo del río, una vez más, testigo de nuestra querencia.  


domingo, 7 de junio de 2015

Domingo 7 de junio

Hoy jornada de descanso tras el largo día de ayer, en el que coronamos una travesía más desde Matalascañas a Sanlúcar. A pesar de que las altas temperaturas de los días anteriores presagiaban una jornada calurosa, el trayecto fue de lo más llevadero.  Ya desde las 7,00 la gente se arremolina en torno al autobús para organizar su equipo. La salida no se demora y, cumpliendo con las previsiones, llegamos a las inmediaciones del Hotel Coto, nuestro punto de partida. Después de las fotos de rigor, cada cual ajusta sus planes en función de sus intereses. Así, desde el primer momento, el gran grupo se dispone gradualmente en pequeñas asociaciones para hacer más soportable este éxodo hasta Sanlúcar. Los corredores no pierden un segundo y, a trote seguro, parten hacia un horizonte incierto, envueltos en una bruma fresca y húmeda que protege de la severidad de las radiaciones solares. La marea baja y va dejando a nuestros pies una agradecida alfombra de arena húmeda; pocas palabras, espacio abierto y dilatado, nuestro pensamiento es rehén del tiempo y transita con el vaivén del suave oleaje. Por eso, en momentos de descuido, las piernas traidoras se apresuran en un impulso irracional de ver más cerca el fin. Los últimos kilómetros en soledad no premeditada pero aliviada porque se vislumbra  un horizonte dibujado de sombrillas, barcas y, en la otra orilla,  luminosos edificios que asoman al paseo de bienvenida de tantos y tantos barcos que transitan por este brazo de río que es mar. Es tiempo de gratificar al cuerpo por todo lo que nos da, afortunadamente, y qué mejor que la feria de Sanlúcar.

Mis felicitaciones a la organización, sobre todo, al presidente Antonio Angulo, al secretario Pepe Poti y a todos los que han colaborado para que esta provechosa  actividad se lleve a cabo.

PD. Tenéis el enlace de El Rocío (necesito más fotos. También las de este trayecto)