Recién hemos estrenado el otoño. A
partir de ahora el día disminuye precipitadamente y la noche va asumiendo
protagonismo. Precisamente empezaba a clarear cuando salimos de Chapina para
hacer nuestra ruta dominical. Al poco rato estábamos inmersos en una densa
bruma que provocaba una intensa sudoración. El grupo transita suavemente en
dirección al camino tradicional; Carmen y Almudena detrás a ritmo de
quema-grasas. De vuelta por el almacén de corchos, la panorámica de la Torre es el nuevo reclamo
que propicia el apresuramiento. Todo un espejismo. La conversación se
interrumpe por los continuos vaivenes, la respiración se acelera y el grupo galopa
ya sin concierto y agitado cuando se advierte próximo el final.
En nombre del Club de corredores,
quiero expresar mi reconocimiento a todos
los participantes, voluntarios y organizadores que se darán cita el próximo
sábado en una nueva edición de la carrera solidaria La Breña, por una noble
causa.
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