domingo, 27 de mayo de 2012

Domingo 27 de mayo

        
         Con el apremio y la premura que nos permite este clima cálido de modorra prematura, vamos consumiendo los últimos kilómetros de la temporada,  escudriñando las apartadas sendas que cortejan a nuestro Guadalquivir en su discurrir perpetuo y solitario, entre un boscaje sombreado y fresco que conforta el tránsito leve  y concede licencia para la intimidad de la conversación. A pocos metros el agua eterna ondea mansamente en la brisa, arriba los pájaros porfían en su candor idílico, en una confusa  armonía solo quebrantada por el discurrir de corredores y refugiados eventuales.
        Ajenos al devenir del tiempo y, tras la necesaria catarsis, regresamos al mundanal ruido de voces mentidas y coreadas por el concierto de figurillas aparentes y demás espectros mediáticos. A pesar de todo, esperamos la llegada de la mar… el próximo sábado en la travesía que nos ha de llevar desde Matalascañas a Mazagón.

No hay comentarios: