domingo, 20 de mayo de 2012

Miré los muros de la patria mía...

Mientras España, el país, el estado o lo que quede de él, se mantiene conectado a la máquina europea en situación crítica, mientras los políticos siguen en su natural egocentrismo antisocial de apariencia demagógica discutiendo quién es el que más recorta; mientras que, cínicamente, se les sigue pidiendo “un esfuerzo” a los más débiles y desprotegidos para mantener lo que ellos llaman el “estado del bienestar” de banqueros insaciables y sindicalistas aburguesados… el pueblo se siente, una vez más, traicionado, enrabietado, impotente, indignado (sí, muy indignado) y desorientado. Menos mal que nos dejan el derecho al pataleo en unas huelgas-movilizaciones inútiles, organizadas por auténticos profesionales del río revuelto y controladas por medios de comunicación serviles al poder que agravan o matizan la magnitud de la situación hablando de “recortes” cuando viene del bando contrario y de “reformas” o “medidas” cuando son los suyos. Protestamos un día y todos tranquilos. La historia del engaño se repite y este pueblo seguirá adoleciendo de amnesia crónica.
Y como, ante estado de cosas, dan ganas de salir corriendo, algunos seguimos haciéndolo los domingos en una huida moderada, por ahora.

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