Los que no aprovecharon el largo fin de semana para escapar
de la maraña urbana hoy sí han agradecido el temporal para enredar un poco más entre
mantas y así dilatar la mañana dominical. La amanecida deja entrever apretados
nubarrones ávidos de sacudirse la sobrecarga a discreción. Nadie en la calle. Nadie
se atreve a tentar a la suerte, ni siquiera los habituales noctámbulos que merodean
en retorno tras colmar el vaso de las esencias sobrenaturales.
A los pies de la gran Torre llegan los ecos del vendaval que
sopla arriba. La salida algo más rápida hacia el Charcolapava. En el descampado
vamos contracorriente; muy pronto la humedad agobiante nos obliga a prescindir
de la ropa previsora. Amenaza lluvia. Cuando no sopla el aire aumenta el sofoco
que provoca abundante sudoración. Cumplimos 10 km en el estadio bético. La vuelta
por el parque de Mª Luisa y Ronda hasta la Macarena. Sorprendentemente, nadie en
el parque. La amenaza de lluvia se materializa en pequeñas gotas que refrescan
los rostros sudorosos. Aceleramos el ritmo pero la lluvia ya nos persigue sin
piedad por Torneo descargando con fuerza. El grupo discurre en desbandada entre
ráfagas de agua y charcas improvisadas. Y en ese desconcierto buscamos el
Puente del Cachorro cuando la tormenta amaina. Una tregua en la llegada. 19 km y 1.43-45 h. De nuevo
la lluvia es solo una amenaza.
NOTA: El próximo domingo Media maratón de Dos Hermanas. Quedamos
a las 9 h en el avión de La Motilla.
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