domingo, 29 de noviembre de 2015

Andorra domingo 29 de noviembre

De nuevo luce el sol espléndido en la montaña que blanquea la mañana en un fugaz destello de luz. La fuerza de la costumbre que nos hace mayores nos empuja a perseguir el tiempo consensado en pocos instantes. Así, la mañana, cada mañana, es el granito de arena que se desliza inevitablemente por ese estrecho cuello del reloj de la vida hasta depositarse y confundirse con tantos y tantas en la parte inferior. Es el flujo regulado y perpetuo de la vida que solo apreciamos cuando la botella no se ve medio llena. Así, terminamos el día para empezar otro, el mes para inaugurar el siguiente, y el año para celebrar ingenuamente que seguimos en el presente.  Sin embargo, en la carrera dominical nos lanzamos a un universo sin espacio y sin tiempo, donde la relatividad juega siempre a nuestro favor; de forma que, cuando regresamos a nuestro punto de encuentro, somos no sé si más jóvenes pero sí más felices. ¡¡Ánimo a todos los que mantienen la fuerza de la costumbre a pesar de las inclemencias de la vida!!



1 comentario:

elmaestro dijo...

Enhorabuena por la crónica. Estás mejorando cada domingo, y preciosa foto.

Un abrazo, estás con nosotros cada jornada.