domingo, 5 de abril de 2015

Domingo 5 de abril

A veces las cosas no salen como deseamos, bien porque dejamos al arbitrio del destino los resultados o bien porque, poniendo el empeño suficiente, surgen imprevistos que maquillan los efectos de nuestras actuaciones. En el primer caso, el lamento o insatisfacción está poco justificada; mientras que en el segundo, el grado de desconsuelo es directamente proporcional al conocimiento de nuestras limitaciones. En cualquier caso, lo que resulta incuestionable es nuestra dependencia de los demás en una malla que se va tejiendo desde la cuna; todos nuestros actos se explican en comunión con los que nos rodean. En este sentido, el grupo de corredores es la colmena que se alimenta de la miel que cada individuo va fabricando con su participación rutinaria cada domingo y en cada encuentro familiar. Ahora preparamos de nuevo la travesía del Rocío, como cada año, con los años que ya pesan en las piernas, pero con la ilusión de seguir aportando esa dosis modesta y, al mismo tiempo, tan necesaria para seguir conformando el camino que aún nos queda por recorrer.

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