domingo, 26 de abril de 2015

Domingo 26 de abril

Después de la agitada semana de feria volvemos al punto de salida. Las arenas salpicadas en las zapatillas son nuestro trofeo, nuestra reliquia marismeña; en la mente, la evocación de una travesía gloriosa invita al paseo relajado bajo un cielo gris delator pero que sofoca en algunos tramos del itinerario. Las piernas asumen rápidamente su papel aprendido a rienda suelta mientras mantenemos la mirada desorientada hacia el horizonte y el oído alerta a los comentarios ajenos, al compás habitual de los domingos. Cada domingo tiene su singularidad por distintos motivos y este no es menos, porque celebramos el cumpleaños de nuestro maestro corriendo, como no podía ser de otra manera.


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