domingo, 22 de diciembre de 2013

Domingo 22 de diciembre

         Uno de los fundamentos básicos de las copiosas comidas de navidad es que se originan al calor del compañerismo, la amistad o del amor en cualquiera de sus facetas. Y es que el ser humano necesita participar, sentirse dentro de la tribu, estimular sus feromonas para mejorar las relaciones sociales y laborales, pero sobre todo para potenciar al máximo el poder de atracción. Lo que ocurra después de los postres y del brindis de consagración bacanal se escapa a cualquier pronóstico atrevido porque corresponde a la providencia, al azar, al fatum o a la alineación de las estrellas.  Los efectos, eso sí, no suelen ser muy traumáticos porque cada año repetimos fervorosamente este "plato" tan navideño.  
         Tras esto llega la catarsis definitiva en la carrera matutina de los domingos.  El entrenamiento periódico ayuda a superar la timidez, a aumentar la autoestima y a recuperar la capacidad de seducir que se ha desgastado con el paso de los años. Y no me refiero al wassap precisamente.   Por eso, los corredores de este club tenemos que reivindicarnos cada domingo. Hoy, otra gran gesta por los alcores aljarafeños combatiendo el frío y resistiendo las embestidas de algún afectado por los reflejos del sol.   

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