domingo, 29 de diciembre de 2013

Domingo 29 de diciembre

Ya sabemos, por el entrenamiento diario particular, que la cosa va en serio. El grupo se prepara concienzudamente para la carrera por antonomasia, el maratón. El frío se ha instalado definitivamente en estas mañanas festivas y ya no nos abandonará hasta la acreditada carrera. Pero el de hoy era un frío seco que desaparece conforme vamos consumiendo calorías y el sol nos acoge en su seno. Al cabo de un tiempo, pues, alguno se despoja de la impedimenta innecesaria. De manera casi natural el ritmo aumenta considerablemente cada km en esta huida diabólica del más acá. A duras penas conseguimos hilar una conversación en esta babel inmutable; la mirada fija en el horizonte insondable, el pensamiento bregando a mar abierto y las piernas procediendo con alevosía, ajenas a las estridencias de murmullos y sofocos. La vuelta en un descenso discordante pero templado con los mejores deseos para este nuevo año que nos espera y unidos en el grito jubiloso de nuestro kasa: ¡¡Salud y libertad!!

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