domingo, 23 de febrero de 2014

Domingo 23 de febrero: Maratón de Sevilla

Hablar o escribir sobre la carrera del maratón puede resultar algo atrevido si no se tiene la experiencia y, aun teniéndola, la palabra puede quedar desdibujada y perdida en la abstracción. Se suele decir que cada maratón es un mundo, pero dentro de ese mundo merodean miles de almas penitentes con miles de sensaciones en cada km, a cada paso. Lo que hoy hemos vivido, desde luego, hace afición en un día luminoso donde los haya en Sevilla, con la gente volcada en cada calle, avenida o paseo. El recorrido, otro acierto. En los últimos km, los más difíciles, cuando las fuerzas escasean y la mente languidece, la gente se precipita literalmente sobre los corredores, alentando con gritos encendidos lo cual eleva la moral y pone los vellos de punta. He comprobado cómo en esos momentos el peso de los km se diluye en los fatigados cuerpos de los corredores y, en un acto de generosidad inconsciente, estos se impulsan por las calles para devolver de alguna forma el gesto solidario y anónimo. Luego, tras atravesar el puente de La Barqueta, ya se ve el estadio a solo 4 km interminables con otra dosis de clamor ciudadano en el parque del Alamillo, antesala de la gloria merecida que espera a los valientes afortunados que han sabido sufrir para alcanzarla. Enhorabuena a todos, especialmente a nuestros amigos Paco T., Segundo, Javi, Kasa, Juan Ramón el masca, Ramón F., y Almudena

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