La paz, el sosiego y la convicción en el discurrir psico-físico,
han sido las notas dominantes de este
domingo de transición. Todo está a punto
para la prueba reina, la más dura, esperada y respetada por tantos corredores que
adquieren el decidido compromiso desde muchos meses atrás. La repercusión de tamaña empresa se refleja
en los rostros expectantes, la procesión siempre por dentro, muy dentro; en la
fachada, naturalidad con viento favorable, emoción contenida, espera disfrazada
de reflexiones irrelevantes, lugares comunes, pero siempre necesarios. Confianza,
mucha confianza en nosotros mismos, en el calor del compañero, en la estima de
los amigos, en el cariño de la familia. Porque sabemos que en al final del túnel no
está la luz, sino la Gloria. ¡¡¡Que los dioses del Olimpo os guíen,
compañeros!!!
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