Recobramos fuerzas y efectivos en las mañanas de los
domingos. Los lesionados se recuperan de las molestias o mantienen latente su dolencia
crónica ante el entusiasmo de las nuevas incorporaciones. El frío ya se hace notar sobre todo al
comienzo cuando el sol apenas sobresale en el horizonte. Hoy no subimos de
los 6°. El nutrido grupo corretea apiñado, buscando el calor residual, por la zona umbría del río y luego, a campo
abierto, persiguiendo la ansiada solana desde San Juan al punto de partida por
el nuevo parque de El Charcolapava. Seguimos
moviéndonos en la costumbre pero con el horizonte mucho más cercano, sin metas
ni plazos, eternizando los momentos con la ilusión del niño que se empeña en apurar cada segundo
en el juego, ajeno al devenir irremediable del tiempo.
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