domingo, 13 de noviembre de 2011

Domingo 13 de noviembre

La idea presocrática de que todo está en continuo movimiento, en constante transformación, que nada permanece, es un principio natural evidente pero también altamente revelador, puesto que condiciona el pensamiento del ser humano y su forma de entender la vida o, mejor dicho, su propia existencia.
En nuestro interior percibimos cómo una marea de ideas fluye permanentemente en un caos aparente, cómo la savia vital realiza el circuito inquebrantable por venas y arterias mientras el corazón impulsa imperturbable la renovación constante; una renovación que apenas apreciamos en el momento presente. Sólo advertimos el cambio cuando la imagen se dilata en el tiempo y permite establecer comparaciones. Las fotos en las que se eternizó algo que fue presente también nos ayudan a corroborar esa ley universal del devenir perpetuo.
El reencuentro anual en el Homenaje a Ignacio Blanco es una prueba más de la confluencia de seres nuevos, transformados, para intentar mantener la memoria inalterable, esa que solo se mantiene cuando fuerzas externas concurren para perpetuarse en el recuerdo. Y esos eucaliptos enhiestos y estirados son testigos mudos del cambio, de la mutación del entorno, pero también de la cita de un grupo de personas en su afán por mantener la llama de la memoria siempre viva.
Por ello, en nombre del Club de Corredores, agradecemos el empeño personal de todos los que, un año más, han decidido hacer un paréntesis en su particular carrera para unir su esfuerzo en la preservación de aquella imagen eterna de Ignacio que todos llevamos dentro.

No hay comentarios: