domingo, 4 de septiembre de 2011

Domingo 4 de septiembre

En esta sociedad moderna se suele hablar con frecuencia del síndrome posvacacional, sobre todo por aquellas personas que lo padecen. Éste consiste en un estado particular de angustia constante, de debilidad emocional, de inseguridad aparente, de temor a enfrentarse con las situaciones laborales o familiares más corrientes. En definitiva, un conflicto cuasi depresivo motivado por unas vacaciones intensamente ociosas, en las que se produce un desequilibrio manifiesto entre dos estilos de vida extremos: por un lado, la moderación y la cordura en nuestros hábitos rutinarios; por otro, la euforia desenfrenada e irracional que preside toda nuestra actividad veraniega. La obligada ruptura de esta última, al final de las vacaciones, supone necesariamente la vuelta a la prudencia y, sobre todo, al sacrificio. Y esto es lo que peor se lleva junto con el sometimiento a la disciplina laboral. Es el momento de proponerse cambiar, mejorar con una dieta, decidirse definitivamente por hacer ejercicio en el gimnasio donde van nuestros amigos, etc.

Sin embargo, parece que los estudios sociológicos y las estadísticas no cuentan para este club de corredores (o para muchos de sus miembros). Desde muy temprano ya esperaban algunos la llegada gradual del resto de corredores que se iban dando cita en las inmediaciones de Torre Triana. La claridad de la mañana permitía descubrir las caras conocidas y familiares; rostros sombreados y relucientes, otros más blanqueados pero también vistosos; la sonrisa reconocida en el hablar alegre, sano y risueño; algunas bromas, comentarios, saludos emotivos y sinceros… Todo sigue igual. Caminamos al punto de salida como tantas veces, como tantos años, mirando el reloj, símbolo paradójico del presente permanente, en ese mismo instante en el que el tiempo se detiene para retornar, por nuestros pasos, hacia lo inmutable y eterno de nuestra memoria. Un recorrido suave por las inmediaciones de la Expo hasta el estadio y vuelta por la margen izquierda del río. Total, unos 13 Km de reencuentro alentador que hay que agradecer a los que se plantean el regreso a la normalidad sin traumas, sin miedos, con decisión y confianza: Manolo “el Profi”, el masca, el kasa, el maestro, Antonio A., Araújo, Almudena y el cordobés.




1 comentario:

seluberu dijo...

hola,como os dije anoche tambien empece la temporada haciendo el camino hasta el cruce del tren total 2h. 30m.,tenia un peligro el camino para los de varias puntas pues habia mas cazadores que corredores,mas tiros quen Irak,ya os vere otro dia,la paella me salio de lujo.