...Y la tierra se cubrió de tinieblas; el día se juntó con la noche, el cielo tembló y se desató la tormenta. Día a día una lluvia persistente ahogaba las ilusiones de fervientes habituales y trastocaba los planes de aquellos que habían augurado una semana de grandes expectativas. En el escenario dispuesto para la recreación de la pasión y muerte de Jesucristo el entusiasmo y el delirio de otros momentos se transformaron en disgusto y frustración.
Pero hoy, domingo de Resurrección, las aguas se aplacaron y se hizo de nuevo la luz. Con esta guía necesaria y con nuestro río como testigo, hemos vuelto a repasar el itinerario de tantas ocasiones, salpicado de recuerdos y vivencias: estadio olímpico, Parque del Alamillo, puentes y más puentes, el real de la Feria, y vuelta por Triana. Total, unos 20 kilómetros de moderación en el grueso del grupo (Pepe Viches, Edu, José A. el buitre, el Maestro, Paco Torronteras y el Cordobés). Como viene siendo habitual, las tres liebres (el Kasa, Paco T. y Segundo) impusieron un ritmo apresurado y desparecieron pronto del mapa; de Poti y de Higinio solo pudimos saber que consiguieron llegar al desayuno sin problemas.
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