En el cielo se adivinaba una auténtica “panza de burro”, como dicen en Canarias. Después de algunos días de primavera verdaderamente veraniega, hoy las nubes daban una tregua al sol y refrescaban algo el ambiente. Es lo que hemos aprovechado para seguir ahondando en la brecha rociera. El estado del grupo es de euforia contenida, sobre todo en los más experimentados que conocen las distintas sensaciones y todos los recovecos de la ya tradicional ruta rociera. Con todo, los algo más de treinta kilómetros nos siguen acercando al puente del Ajolí, pero aún no nos aseguran el éxito y nos mantienen en la incertidumbre ante tal atrevimiento. Quizás es porque este año la travesía llega demasiado pronto en un calendario apretado donde apenas hay tiempo para preparar con garantías una empresa de tal envergadura. Es que en Sevilla nunca se sabe con los periodos estacionales, como ya estamos comprobando.
Lo cierto es que, independientemente de la preparación individual, la acogida de tal evento sigue siendo notable y el número de participantes va en aumento. Habrá dos grupos de corredores que saldrán a distinta hora: uno a las 6 h. del sábado desde el casino de Tomares y el otro a las 7h. desde Torretriana, como de costumbre. El encuentro está previsto en la pará del Quema o en Villamanrique. Los ciclistas tienen que acordar la hora que mejor convenga. También falta por determinar la hora de salida del autobús que llevará a familiares y amigos hasta Villamanrique y, posteriormente, al Rocío. Las duchas y el merecido condumio se realizarán en la Hermandad de Villarrasa, por gentileza de José Mª Salvador y Auri.
¡Suerte a todos!
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