Para muchos animales de sangre caliente comienza una época de letargo y de hibernación que les permite conservar sus energías para periodos más cálidos y templados. Algo parecido ocurre en este club de corredores. El domingo pasado fue la lluvia la que obligó a muchos a permanecer en el refugio hogareño ante el temor de contraer alguna enfermedad vírica que imposibilite para otros menesteres. Es que correr un domingo a las 8, y con lluvia, es de majaras... ¡con estos cuerpecitos tan vulnerables!
Hoy, por fin, el clima y el calendario se han puesto de acuerdo en anunciarnos la llegada del frente invernal, un terreno duro para corredores de sangre caliente que esperan su oportunidad en momentos más cálidos. Pero este obligado letargo coincide con una época de tradicionales compromisos gastronómicos donde se hace acopio de nuevas energías insostenibles y necesariamente renovables. En esa tesitura andamos un poco desnortados, entre lo que reclama la razón y lo que necesita el cuerpo; entre comilona y comilona, una carrerita para recuperarse. Pero, por favor, los domingos...
Precisamente el próximo domingo tenemos una comida, perdón, una carrera: el cross del gimnasio Atlas, que inaugura oficialmente el periodo gastrónomo-deportivo que se prolongará hasta el día de Reyes con el tradicional roscón. Como cada año habrá sorpresas, pero menos; que a ciertas edades cada vez es más difícil seducirnos con la “magia real” (la de los RR MM).
Bueno, el martes más. Nos vemos en el mismo sitio y a la misma hora.
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