domingo, 17 de abril de 2016

Andorra domingo 17 de abril

         La vuelta a la realidad, sin adornos ni maquillaje, siempre es dura pero se hace más llevadera con una transición que depure los excesos y las alucinaciones propias de quien se envuelve en la euforia desenfrenada de bondades inusitadas, alimentada por destellos de farolillos y colores. Y esa transición apaga los fuegos de sueños prendidos en la solapa de una noche mágica y devuelve la vida al relente de una mañana limpia y serena. Así amanece el domingo en las calles desiertas de huellas confusas que el agua ha sepultado para siempre, en aquellos rincones atronadores que encubren quizás tímidas palabras de amor que el tiempo ha borrado. Por estas calles transita el pequeño gran grupo, saliendo de la portada desnuda, sin adornos, oscura…





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