
domingo, 22 de marzo de 2015
Domingo 22 de marzo

domingo, 8 de marzo de 2015
Domingo 8 de marzo
Se dice que el cuerpo humano es una máquina perfecta porque
todas las piezas están diseñadas para cumplir una función en perfecta sincronía
y coordinación. Así, muchas de ellas, o las más importantes, se regulan autónomamente,
como la actividad cardíaca, la respiración, la digestión o la excreción e,
incluso, el componente sexual. Todas
ellas tienen en común que están determinadas por y para la natural supervivencia.
Pero, además, estas llamadas necesidades fisiológicas proporcionan una
sensación de placer o bienestar cuando se realizan gracias a la liberación de las
hormonas responsables.
Otras actividades del ser humano se realizan consciente y
voluntariamente y producen las mismas sensaciones de complacencia o euforia; en estos casos, la intervención del cerebro, podríamos decir, es estimulada por elementos
sociales. Y no hablo ahora de los beneficios probados del deporte y,
concretamente, de la carrera. Se trata de las reuniones de amigos en las que se
satisfacen necesidades primarias o internas con otras más aprendidas o
externas. Cada año, después de la prueba de maratón, realizamos este encuentro
fructífero que se ennoblece por la presencia de aquellos con los que tantos
años hemos compartido caminos y senderos, angustias y emociones, alegrías y
pesares. Durante el margen de tiempo de
una carrera, compartimos una mesa, unos platos y unas cervezas, y una tertulia
con resultados óptimos para tonificar el espíritu. Por eso, estas acciones
voluntarias, concebidas, son también necesarias para la conservación de una especie a extinguir.
domingo, 1 de marzo de 2015
Domingo 1 de marzo
En plena recuperación del maratón hemos salido a trotar
suavemente durante una hora y ocho minutos. En la semana de descanso los
dolores musculares han ido desapareciendo y, con este paseo matutino, las piernas
vuelven a sentirse ligeras, reanimadas, liberadas de la rigidez en la que se
ocultaban tras la severa prueba maratoniana.
Los temores e incertidumbres, con sus brumas
y tinieblas, se quedaron congeladas en el letargo invernal. Ya regresan las golondrinas
engalanadas de penitentes, que anuncian la primavera renovada al calor sevillano,
de luz natural y de cirio quemado en la candela de incienso y azahar, bajo el
límpido azul del cielo reverberado en el cristal eterno de su río. Nos vamos
preparando para la siguiente carrera, dispuestos a revivir y a compartir emociones
diseminadas en tantos caminos, en tantas rutas, con un solo corazón.
Por ello, os animo A
TODOS a compartir, el próximo viernes 6 de marzo, la comida de hermandad
maratoniana. Podéis apuntaros a través de cualquier foro del Club de Corredores.
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