domingo, 30 de marzo de 2014

Domingo 30 de marzo

Tras las lluvias de los últimos días, el frío y la niebla nos han obligado a hacer una ruta que evitara posibles contratiempos innecesarios. Con pocos efectivos, pero inquebrantables, hemos llegado hasta Coria envueltos en una espesa bruma que salpicaba los rostros y sumergía los cuerpos. En una mañana más tempranera y solitaria que otras, al ritmo acompasado de cuatro corazones sin descanso, hemos culminado el entrenamiento en 2,34 h. El retorno a la aldea se aproxima. Hoy un paso más en esta escapada que no cesa, que no detiene los sueños, solo los aplaza.

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