Con paso firme y ligero
nos vamos aproximando a la meta, al objetivo soñado por todo corredor, el
maratón. Pero en el devenir diario debemos hacer frente a los contratiempos sobrevenidos como lesiones o enfermedades
víricas, conjugar el trabajo y la familia con los entrenamientos y, por último,
soportar una climatología adversa. Con la amanecida, hoy hemos vuelto a ver
calles anegadas bajo un cielo plomizo, la constante amenaza de temporal que por
esta zona llega ya amaestrado, hemos verificado el impulso del viento en varios
frentes. Pero nada detiene al grupo en su decidido afán, sorteando espejos por
solitarias calles y amparado en la sombra secreta que siempre nos acecha.
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