domingo, 15 de septiembre de 2013

Domingo 15 de septiembre

Hoy hemos comprobado que el camino sigue allá donde lo dejamos la última vez, pero ya no es la ruta apartada que atravesábamos sin encontrarnos más que esporádicos ciclistas o andadores solitarios. Ahora son numerosos los grupos de ciclistas y de corredores con los que nos cruzamos, teniendo incluso que organizarnos en hilera para posibilitar el tránsito ordenado de la concurrencia. También el piso está más asentado y llano, con algunas reformas para evitar los estragos de las torrenteras en la época de lluvia.  De nuevo hemos rescatado del olvido la imagen de Sevilla adormecida entre nubes de algodón a los pies de la imponente Torre Pelli. De este modo, en el serpenteo del recorrido, afrontamos las pendientes sinuosas con el mismo recelo pero con la misma determinación de siempre. En la bajada mantenemos el ritmo solidariamente para llegar agrupados hasta la sombra alargada de la emblemática torre. Allí ya se encontraba nuestro Masca que, ajeno a compromisos velados, había aprovechado la inercia de la rampa de Caño Ronco para apretar hasta la llegada.  

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