Aunque todavía quedan algunos días para el fin del verano, las
vacaciones son ya, para la mayoría, un espejismo en el pasado y un lastre manifiesto
en el presente. La cuesta de septiembre se hace más dura no solo por la vuelta
obligada y necesaria a la normalidad laboral sino por el propósito decidido de
restaurar el sistema anatómico, bastante perjudicado durante la época del
desorden y la desmesura. Por eso, la travesía solidaria de La Breña a finales
de este mes se presenta como una motivación extra para reconducirnos hacia la
estabilidad psico-física deseada.
Hoy hemos transitado por un recorrido habitual
de 16 km a través de la senda fluvial y en la llegada nos ha sorprendido a todos una
imagen tan lamentable como humillante. Varios vehículos del aparcamiento habían
sido salvajemente atacados por unos “presuntos” desalmados, entre ellos el de
nuestro Kasa. Encontrar el coche con los cristales rotos, abordado y forzado, provoca
inevitablemente un sentimiento de impotencia y, al mismo tiempo, de resignación
ante un acto de auténtica profanación de nuestra intimidad. Siempre habrá algún
inconsciente (desgraciado) que justifique estos actos porque “hay gente que lo está pasando
verdaderamente mal con la crisis”. En definitiva, y pase lo que pase, siempre pagamos
los platos rotos de los de arriba y también de los de abajo porque somos
"presuntos" culpables de pretender sobrevivir honradamente con nuestro esfuerzo.
El próximo domingo quedamos emplazados a las 8,00 en el mismo
sitio de tantos años.
1 comentario:
Gracias a todos por el interés demostrado ante la indignación por el destrozo,pero ya esta todo en vías de solución por parte del seguro.
P.D. No se sí cuando llegue el día se invitará a los guardacoches al Roscón.
Nos vemos el domingo.
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