A punto de pasar la página a una de las temporadas más fecundas de este club de corredores en lo que se refiere a organización de actividades y a participación en las mismas, es hora de buscar acomodo a la sombra de alguna apartada orilla, de quebrantar la disciplina impuesta por las obligaciones, de cambiar el estrés invernal por el veraniego, que compensa mucho más. Con la consabida emoción que supone la preparación de un renovado proyecto para los mejores meses del año, asistimos a los últimos tirones de un mes que anuncia la retirada masiva de corredores a posiciones más placenteras, en consonancia con la proclama del solsticio de verano, el triunfo del Sol sobre las Tinieblas, de la Vida por encima de todo.
Mientras el astro solar se elevaba poderoso en el cielo azul sevillano, algunos corredores persistentes emprendían su itinerario dominical que ha discurrido, como es preceptivo, por la confluida ribera del Guadalquivir, un verdadero deleite para los sentidos, arremolinados en torno a la amena y siempre polémica erudición de Poli conversación. Con este regusto perpetuamente en suspenso, hemos llegado, casi sin advertirlo, al final del recorrido.
A pesar de que la mayoría desaparece los fines de semana, algunos vamos a seguir, al menos hasta finales de Junio.
Finalmente, saludamos a Javier “encarnito” y a Cristina que van a afrontar, a partir del próximo martes 14, la aventura del Camino de la Plata. ¡¡Que los hados os sean propicios, amigos!!
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