sábado, 18 de diciembre de 2010

Una carrera especial

Han pasado ya varios días pero aún permanece en nuestra memoria la mítica carrera de 10 km que tanto impone por el prestigio, por la intensidad, por la competitividad. Nadie quiere defraudar, defraudarse; y esto es lo que motiva. Traemos el recorrido aprendido-sufrido de otros años. Revivimos las vueltas... hasta cuatro. Reconocemos cada recoveco, nuestra agonía en cada repecho... en el último lo damos todo (que es ya muy poco) porque en la cumbre vemos la meta, en la que se arremolinan los compañeros, amigos y familiares que, a cada vuelta, han ido pulsando el sufrimiento progresivo en los rostros de los corredores. Todo pensado, estudiado para llegar pronto, lo más pronto posible, pero siempre muy lejos de la realidad experimentada. En un goteo agónico van llegando los corredores, rostros desencajados, abrazos emocionados, satisfacción compartida entre efluvios sudorosos y agitados, el brindis con anís y algún bocado azucarado entre evocaciones de detalles particulares... Ya pasó.

Después de la ducha todos volvemos a ser los de antes. La carrera se analiza desde una perspectiva más crítica. El ambiente distendido y festivo da paso a la entrega de trofeos que se desarrolla con algún momento de confusión (mea culpa) y, a continuación, el desenfreno gastronómico como lugar común en el que demostramos una excelente forma. Para comprobarlo no hay nada mejor que ver las fotos (las tenéis a la izquierda, en la sección de Nuestras travesuras y carreras)

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