domingo, 19 de diciembre de 2010

Media maratón Sevilla-Los Palacios

El día intempestivo y lluvioso del sábado hacía presagiar una dura jornada para los más de tres mil corredores que se fueron a la cama con el temor de volver a revivir gélidas experiencias en una carrera. Afortunadamente la lluvia no apareció. Tampoco el frío de otros años. Tan solo el poderoso viento que habita desde siempre en esas inmensas extensiones de tierra y que campa a su antojo en la intemperie. Desde primeras horas de la mañana descubrimos un cielo cubierto y ya en el pueblo el vendaval aumentaba el efecto polar, aunque la temperatura (13 grados) era ideal para la práctica de la carrera. En la salida, como siempre, un gran ambiente festivo; poco a poco nos vamos concentrando en el interior de una masa pestilente y amorfa, apenas sin trotar unos metros, atraídos por los llamamientos que se suceden para el comienzo. Este se produce de forma inesperada y, en unos instantes, ya podemos advertir, en la lejanía, la gigantesca serpiente humana que lleva inevitablemente camino de Los Palacios. La suerte está echada. Un kilómetro no es suficiente para encontrar el ritmo, la mayoría deambula por el asfalto sin prisa, ajena al devenir de otros corredores que pretenden recuperar el tiempo perdido. Los planes iniciales de hacer un grupo se frustran cuando intentamos mantener la dirección sorteando a unos y a otros. Por fin, entramos en la carretera vieja (km 5) y lo celebramos con un fuerte repecho, el de siempre, que deja noqueados a no pocos atletas que optan por subir andando los últimos metros. Sin apenas tiempo para tomar un respiro, abordamos otro repecho, después otro más… El sol calienta en su intermitencia y el viento nos espera en sus arrabales. Tras los falsos llanos vuelven las subidas, una elevación y el último puente que nos sitúa ya en el pueblo. Tres últimos kilómetros en olor de multitudes; los lugareños, apostados en las calles, empujan a los corredores en su último impulso hasta la meta donde el fervor popular y la satisfacción personal se juntan en jubilosa comunión.
Enhorabuena a los “zumbaos” de este club que, una vez más, han dado muestras de su categoría, asumiendo con entereza esta extraordinaria experiencia cuya dureza aumenta con los años: Ramón F., Segundo, el Maestro, el Masca, el Kasa, el Furia, Edu, Miguel, Pepe Vilches, Almudena, Poli, Rafael Carlos, con el inestimable apoyo de Paco Barroso, Poti e Higinio. Y recordamos a otros que no han podido estar por lesión: José A. el Buitre, Paco Travado y Carmen.

2 comentarios:

elmaestro dijo...

Los lesionados no son sólo los que tu detallas sino algunos más que sí hemos corrido pero con más miedo y precauciones que con ganas de hacer marca. Y me refiero a los lesionados físicos porque si contamos los descerebraos no hubieran cabido en la lista.

Anónimo dijo...

Bonito reportaje 'cronista'.
Enhorabuena a tod@s, y, sin querer ser fatiga, os recuerdo que los dias 26 y 2 caen en Domingo.

RF