Un año más... y van diez. Diez años haciendo el mismo recorrido, el del retorno a la tierra donde reconocemos la huella, la nuestra, la de él; el del retorno a la memoria esencial de este club de corredores; el del peregrinaje hacia nosotros mismos por intrincadas galerías alumbradas de recuerdos inolvidables que vamos rescatando del olvido. Porque vivir es ver volver, ya lo dijo Azorín, y con el olvido se apaga el sueño de la vida.
En estos diez años moldeados por un destino caprichoso de vivencias acumuladas en un caos interior indescriptible subyace lo esencial humano, los sentimientos comunes que nos unen necesaria e inevitablemente.
Sentado ante mi ordenador, voy despertando de este breve sueño de diez años para apuntalar, con la fragilidad de unas pocas palabras, los cimientos del alma, la memoria...mientras una leve llovizna empapa de nostalgia este instante otoñal.
Hechos como los de hoy nos restituyen a la Vida (con mayúsculas) como una descarga de luz que reaviva la memoria. Ignacio, demás amigos y seres queridos que nos abandonaron en el camino, nunca estarán solos porque siempre estaremos aquí para ver volver en un retorno perdurable esos recuerdos, esas imágenes, esas vivencias que anidan eternamente en las galerías de nuestra alma.
1 comentario:
Que bonita entrada Manuel, me has emocionado. Este tipo de cosas son las que hacen grandes a las personas.
Besos!
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