La intensa y decidida “pasión” con que se ha afrontado esta semana ha tenido sus fatales consecuencias en la pérdida de efectivos de este club de corredores que vive, por tanto, sus días más sombríos en mañanas espléndidas de luminoso sol. Como viene siendo habitual los cuatro asiduos y perseverantes de la hermandad del camino hemos compartido hoy paseo de resurrección con Juanlu que, recordando domingos heroicos, ha puesto todo su empeño en mantenerse fiel a sus convicciones y ha conseguido salir airoso de su batalla itineraria. Los demás hemos alargado un poco hasta los 25 km de rutina pasajera que nos acerca un poco más al destino rociero.
Desde aquí un recuerdo cariñoso a los que fueron y ya no son, a los que no estuvieron pero están y a los caídos irremediablemente, porque resucitar sólo es privilegio de los dioses.
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