Media maratón Isla de la Cartuja

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Jornada de “sensaciones” para recordar en los anales de los despropósitos organizativos y deportivos. Tampoco en el club nos poníamos de acuerdo. Algunos empezábamos pronto, a las 10, otros incluso mucho antes, el grupo de Ramón con los rehechos. El grueso llegaba directamente para la carrera en un día lluvioso y fresco, poco apto para intentar proezas y mucho menos una marca. Finalmente, los más prudentes (Poli, Enrique) decidieron a última hora no presentarse al desfile de camisas mojadas y cuerpos a la intemperie. Más de cinco minutos nos tuvieron agrupados, como ganado que va al matadero, en la salida, quitándonos el frío como podíamos y bajo una lluvia que empezaba a calar los huesos. Y así prácticamente toda la carrera. Llegó un momento en que el sol quería hacerse un sitio entre las negras nubes que ondeaban en el cielo, pero de nuevo la descarga, que cayó como un jarro de agua fría al final del trayecto... Algunos sufrimos más de lo esperado por problemas musculares cuyo alcance desconocemos por ahora. Lo que sí es cierto es que el balance no puede ser más desalentador. En el estadio, más frío...una bolsa de calidad certificada por una naranja, un bote de zumo y mucho papel de relleno. Lo “mejor” fue la salida del estadio, de película. Los atletas y acompañantes tuvimos que SALTAR las rejas que rodean al estadio para acceder a los aparcamientos... Todo un alarde de competencia organizativa (una auténtica vergüenza) con nuestro presidente Chaves escondido debajo de un puente. Bueno, afortunadamente ya todo es historia, una historia con efectos secundarios. Ya veremos.