Uno de los alicientes más importantes de esta vida que
llevamos es el de estrenar. Todo lo que poseemos y también lo que somos se
transforma, se deprecia, se oxida, se desgasta, caduca, envejece o desaparece
con el paso irremediable del tiempo. Incluso los sentimientos corren el riesgo de
anquilosarse y fosilizarse. El ser humano ha emprendido una carrera infatigable,
no por "obtener" sino por "estrenar". El disfrute por "conseguir" concluye en la
experiencia fugaz de "estrenar". Cuando estrenamos ropa, peinado, calzado, móvil,
coche, casa, etc… se produce en nuestro interior una emoción inconfesable que,
superada la inocencia infantil, disimulamos con la falsa modestia del adulto. En
el estreno encontramos esa renovación necesaria para adaptarnos a las
circunstancias del entorno. Es como empezar de nuevo, volver a ser, mostrar y
mostrarse ante los demás con una imagen singular, moderna e incluso vanidosa,
una voluntad natural por reafirmarnos constantemente.
Siempre es saludable volver a empezar, centrarnos en un nuevo
proyecto que nos devuelva a la cresta de la ola y que, al mismo tiempo, nos
aleje de las reflexiones más pesimistas. Por eso, ahora que termina un ciclo
estacional, afrontamos el venidero con la ilusión de un niño con zapatos nuevos,
pero también con la pericia del jugador que conoce los lances del juego. Por lo
pronto ya estamos remontando esa nueva ola que nos llevará a la carrera
solidaria de La Breña el próximo 28 de septiembre.
La cita del próximo domingo seguirá siendo, excepcionalmente,
a las 8,30 h
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