El día amaneció como se esperaba, muy temprano. Todo hacía presagiar que los detalles se cumplirían punto por punto. Algunos se sorprendieron al llegar cuando vieron a Ramón en situación de espera, lo cual no era sino una premonición de lo que había de ocurrir en una jornada memorable. Con la sonrisa agradecida a los primeros rayos de sol nos saludábamos en el punto de encuentro; algunos se esforzaban por estar a la altura de las circunstancias, lo cual no era fácil. Los más jóvenes aún dormitaban en los vehículos. Todo estaba organizado pero nada decidido, así que había que improvisar. El GPS nos llevó por “el camino más corto” y a las 8 de la mañana estábamos desayunando en Montequinto; después de una entretenida y controvertida travesía en los distintos coches, dicho artilugio tecnológico nos llevó hasta el punto de salida, que, como se esperaba, era distinto al previsto. El recorrido, después de todo, era bastante asequible, salvo para las caminantes que no parecían muy conformes; pero Higinio, en un arrebato de altruismo, tomó la iniciativa de acercarlas a Coripe (15 km de la meta). Los demás iniciamos el recorrido por la vía verde en un ambiente festivo y animado; una senda muy bien diseñada entre cortinas de desfiladeros y gargantas bajo la clara luz del sol y en compañía de una amena conversación. De vez en cuando un túnel nos recordaba la reciente estación oscura e invernal. Al final, el grupo se dispersó de forma inevitablemente dominguera. Lo mejor, la ducha; lo más mejor el relax en torno a una mesa rematada de vasos de cerveza y refrescos a discreción que, sin mucho esmero, se ocupaban de restituir el esfuerzo realizado. Lamentamos el percance sin consecuencias de la mujer de Javier Encarnito que tuvo que abandonar a los 5 Km. por unas molestias en la rodilla. La comida abundante, distendida y muy reconfortante, compartiendo y departiendo agradablemente.
Una vez más hemos podido comprobar que lo más importante es la organización. Por ello, hay que agradecer el esfuerzo a Ramón Figueroa, Pepe Poti, Higinio, que durante la noche anterior estuvieron preparando minuciosamente la travesía. Y una mención especial a la participación de todos los que hemos anotado en nuestra agenda esta fecha histórica; Javier Encarnito y familia, Antonio Kasa y Silvia, María José, Juan, Ana, Alfonso, Pepe Vilches, Ramón Masca y su mujer, Ramón Figueroa, Higinio y Auri, Pepe Poti y el cordobés.
A los que hubieran querido estar y no han podido, un recuerdo cariñoso. Esperamos que en la próxima podamos estar juntos. Saludos.
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